FORTALEZA O TEMPLARIOS DE LARES


     Cuenta la historia que en la Sierra de Lares hubo una fortaleza o templarios situada/o en el noroeste de la sierra del mismo nombre, en la confluencia de la desembocadura de los rios Guadalemar y Zújar, junto al pequeño pueblo de Galizuela, conectado con Puebla de Alcocer, ya que entre ambas fortalezas transcurria la ruta ganadera de la Mesta a la que prestaban proteccion, no existen documentos que esclarezcan y acrediten nada sobre esta fortaleza, hay quienes atribuyen su construcción a los templarios, otros creen que su fundación es anterior y que fueron los árabes los que la construyeron para defender el reino moro de Badajoz en su frontera oriental, y que los templarios en época de la reconquista, sólo ocuparon y puede que remodelaran ampliándolo en parte.

     Más adelante en la reconquista el pueblo que se cree que se llamaba Lares, pasó a denominarse Galizuela, debido a las gentes oriundas de Galicia que poblaron inicialmente el lugar en la etapa medieval.

     Tampoco existe una única versión del nombre de la sierra que la alberga, para unos la "Sierra de Lares" debe su nombre a los Lares, (Dioses romanos protectores de la familia y el hogar), y otros han atribuido su nombre a Ares, (dios de la guerra griego), raíz presente en otras toponimias templarias.

     La fortaleza, en cualquier caso, ocupa gran parte de la “Sierra de Lares”, en una extensión de unos 900x400 metros; es prácticamente inaccesible por sus partes Este y Oeste, tenía al Norte su entrada, defendida por dos torreones amurallados, y al sur un muro defensivo.

     Los testimonios de los habitantes de Galizuela sobre el castillo hablan de un tesoro oculto. Un anciano antes de morir, transmitió el mensaje: “frente al moro está el tesoro”, su hijo encontró en una de las habitaciones del castillo el busto de un moro, después de cavar infructuosamente frente a la estatua, la ira le llevó a golpear el busto y romperlo en pedazos, de “la frente del moro” comenzaron entonces a brotar monedas de oro.

     También existe un dicho mucho más extendido que dice: “Lara, Lara, valen más los tesoros que escondes que toda España ”. Este dicho ha hecho que se hayan buscado tesoros por toda la sierra, y que aún hoy se vea a algunos parroquianos con detectores de metales, de vez en cuando, buscando ese tesoro todavia no encontrado...


     Siguiendo la carretera dirección Cabeza del Buey, en línea recta con los castillos de Puebla y Lares nos encontramos con una espectacular montaña de forma cónica y formas casi perfectas. Está rodeada por agua y conforma un paisaje excepcional. Actualmente se puede subir a su cima y es un gran observatorio de aves.

     En la definición de los límites de la encomienda templaria de Capilla se cita el cerro “Amasatrigo”. También se ha citado con el nombre galaico de Maçatrigo, que significa molino de trigo, a lo que recuerda la forma cónica de la montaña, por lo que se ha especulado con la presencia en la zona de pueblos del norte en un pasado lejano, vinculados tradicionalmente con la mitología templaria.


     Pues bien, yo os propongo buscar y encontrar no este, sino otro tesoro, quizá no contenga las riquezas que algunos soñarían, pero a buen seguro hará las delicias de aquellos que lo encuentren, no ya por el contenido del cofre, sino porque las vistas que se divisan harán que la subida merezca la pena aunque sólo sea para “darle gusto a los ojos “, como me dijo un vecino de la aldea de Galizuela que encontre buscando espárragos en la cima de la sierra de Lares. Disfrutad de las vistas, del encanto del lugar y para que os hagáis una idea, hos dejo estas fotografías que hice recientemente, el dia 15 de Marzo de 2010, espero que os gusten y os animo a que hagáis una escapada por estos parajes siberianos.










































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